El fin del tributo deriva del desarrollo jurisprudencial de muchos años, más específicamente desde el año 1985, y va a consistir en obtener ingresos para hacer frente a los gastos públicos (lo encontramos en la definición de tributo del artículo 2.1 de la Ley General Tributaria).
- Fines extrafiscales o secundarios del tributo
Cuando se crea el tributo su fin es conseguir dinero para gastos públicos. Pueden existir otras intenciones de carácter secundario, pero la razón de ser del tributo es recaudar dinero para los gastos públicos (se puede subir el impuesto que grava el tabaco con la intención de que se fume menos, con un fin sanitario, al menos teóricamente).
No cabe cualquier finalidad extrafiscal para un tributo, tiene que ser constitucional.
- ¿Bajar un impuesto para recaudar más con el mismo?
A veces, por ejemplo, se pueden bajar los impuestos (recordemos que el impuesto es la más importante figura tributaria, junto a las tasas y las contribuciones especiales, menos importantes) con la intención de recaudar más con los mismos, aunque no va a ser lo habitual. Dicho de otra manera, si bajo un tributo que ralentiza el consumo podemos conseguir que se consuma más y con ello recaudemos más (si bajamos el IVA y se pasa a consumir más, aunque por cada transacción se recaude un porcentaje menor en concepto de IVA, tendremos más transacciones que podrían dar lugar a una mayor recaudación).
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Fuente:
Apuntes de Derecho Financiero y Tributario recopilados por Javier García de Tiedra González, basados en las lecciones magistrales del profesor Javier Tinoco Domínguez (Universidad de Cádiz).