Como sucede con toda institución jurídica, producto de decisiones humanas, es difícil encontrar un fundamento único que las explique. El problema, además, se complica cuando -como sucede en numerosas ocasiones- se intenta disimular el verdadero objetivo, fundamento o fin de la institución de que se trate. En el caso de los impuestos sobre la renta estimamos que su adopción por cualquier país puede obedecer, entre otras, a razones de tipo técnico-fiscal, sociológicas, económicas y políticas. Profundicemos en ellas.
- Fundamento técnico-fiscal de los impuestos sobre la renta
Este fundamento se concreta en la idea de que si los impuestos deben exigirse en función de la verdadera capacidad de pago de los contribuyentes, la renta neta personal constituye, precisamente, la mejor medida de dicha capacidad contributiva.
Esta tesis cuenta con el apoyo casi unánime de la doctrina contemporánea, muy reforzada en la última década por las conclusiones del denominado Informe Carter. También es una tesis fácilmente comprendida y compartida por el hombre de la calle, que identifica el bienestar con la cuantía de la renta percibida. De ahí el riesgo de su utilización demagógica.
Para nosotros, sin duda que la renta neta percibida es el mejor índice de capacidad contributiva, superior a los otros que normalmente se tienen en cuenta, tales como el patrimonio o el gasto. Este último ha tenido últimamente un especial predicamento a partir de la defensa que del mismo ha realizado Kaldor, siguiendo las huellas de Stuart Mill.
- Fundamento ético-sociológico de los impuestos sobre la renta
Tiene su apoyo este fundamento en la indudable necesidad de que el sistema tributario sea justo y contribuya a la redistribución de la renta y de la riqueza. Parece claro que los impuestos sobre la renta son más aptos a estos efectos, gracias a la progresividad de su tarifa y a la personalización del gravamen.
- Fundamento económico de los impuestos sobre la renta
También existen razones recaudatorias en favor de la implantación de estos impuestos, más visibles a medida que es mayor el nivel de vida de los ciudadanos con el consiguiente desarrollo de las clases medias. Contra lo que pudiera pensarse, este impuesto -desde el punto de vista recaudatorio- no está pensado para que lo paguen sólo las personas de fortuna, que siempre son escasas en número; va dirigido fundamentalmente a las clases medias en donde el Fisco puede encontrar millones de contribuyentes.
- Fundamento político de los impuestos sobre la renta
Por último, existen razones de carácter político, más o menos evidentes, en el proceso de implantación de este impuesto en cualquier país. De cara al electorado, la introducción de un impuesto sobre la renta siempre es una medida progresiva, que puede utilizarse a veces demagógicamente con una alta rentabilidad política.
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Fuente:
Manual del Impuesto sobre la Renta, José López Berenguer, páginas 15-17.